Bienvenidos.

Espero que la historia os enganche desde el principio

domingo, 18 de diciembre de 2011

Mi hermano, Lucas.

" Allí encontrarás, los billetes de vuelta a tu ciudad, son dos, para ti y para María, salís esta misma noche, en concreto a las cuatro de la tarde en la estación de Ocarex, te preguntarás porque hago esto, yo también me escape a por mi chica a tu edad, y siempre hace falta tener un apoyo, bueno, espero vernos pronto David, un gran abrazo, tu compañero, Diego."

- ¿Que dice?, David
- Nada, ¿ sabes donde esta la calle Zafón ?
- Si, por supuesto, ¿ por que lo dices ?
- Vamos, guíame
- Esta bien

Doblamos una esquina y pasamos por dos callejones, en lo alto se reflejaba la placa de la calle " Calle Zafón ", busqué con la mirada el número 26, estaba a unos 30 metros, me quedé mirando a la puerta, y la empujé, Diego sabía que iria por lo que dejó una piedra, para que la puerta no se cerrara.
Subí las escaleras hasta que llegué al segundo piso, allí se encontraba el felpudo de Diego, era gris con un " Bienvenidos " pintado de blanco, lo levanté y allí estaba un billete, por lo que supuse que dentro estarían los billetes, le dije a María que esta noche nos teniamos que ir, que mi madre estaría preocupada, y también le dije que quería saber como estaba mi hermano, Lucas.
No puso pega alguna, llamó a sus padres, y les dijo que se volvía a Albacete porque tenía que ir a un cumpleaños importante.

Recogimos todo, lo metimos en las maletas, cogimos las llaves y nos marchamos hacia la estación.

- Tendremos que volver alguna vez más, ¿ no ?.- Me dijo
- Por supuesto, Ocarex siempre se quedará en mi corazón.- Le respondí.

Esperando en la estación, en unos asientos antiguos, le envié un mensaje a mi madre:
" ¿ Como esta Lucas ? A mejorado, ¿ verdad ? Nos vemos esta tarde, un beso.
A los cinco minutos sonó el tono del mensaje.
" A empeorado mucho, ven cuanto antes "
Una lágrima calló de mis ojos.
- ¿¡ Que te pasa pequeñin ?!
- Mi hermano
- ¿ Esta mejor ?
- No, a empeorado.
- Lo siento, estaremos pronto allí.

Entramos en el tren que nos llevaría a Albacete, nuestros asientos se encontraban en el fondo, nos sentamos y María apoyó su cabeza en mi hombro, le acaricié la mejilla, y se quedó dormida, yo, en cambio, no podía parar de pensar en él, en mi hermano, Lucas.

A las 6 llegamos a Albacete, nada había cambiado, le dije a María que yo me iba al hospital que luego la llamaría para hablar con ella. Cogí un taxi.

- Al hospital, por favor.
- De acuerdo.

Sonaba una canción muy bonita en la radio " Ours " de Taylor Swift, mencionó una frase que me recordó a Lucas, " Si estuvieras aquí, nos podíamos reír juntos ".

- Son 7,50, por favor.
- Aquí tiene
- Muchas gracias.
Cerré la puerta, y pasé al hospital, mi hermano estaba en la primera planta, en la habitación número 182, me dirigí por un pasillo blanco, y con rayas azules, me crucé con varios médicos, comentaban como había sido el día. Entré en la habitación de mi hermano, y allí no había nadie, la cama estaba vacía, y no estaban ni mis padres, ni la persona más importante, mi hermano. Pregunté a un médico que pasaba por allí.

- Perdone ¿ sabe donde está el paciente que estaba aquí esta mañana ?
- No tengo ni idea, joven.
- Vale, gracias

Entonces, mi madre y mi padre aparecieron bajando las escaleras, estaban llorando, muy apagados, les pregunte que que mierda pasaba.

" David..... Tú hermano Lucas, ha muerto. "

Todo parecía apagarse, mis ojos comenzaron a llorar y pensé que no podría volver a ver mi hermano pequeño, al que tanto quería.










D.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Juntos en la arena, y la luna nos observa.

Esa misma noche, María y yo, dimos un paseo por el pequeño pueblo, parecíamos los únicos habitantes de aquel lugar, cogidos de la mano, nos intercambiábamos miradas, a la vez que sonrisas.
- Nunca pensé que aquel día a la salida me presentaran a alguien como tú.
- Ni yo conocer a la chica que a cambiado mi vida.
- Me impresionaste, ¿ sabes ?
- ¿ Si ? Que sepas que tu también a mi
- No soy nada del otro mundo.
- Pero eres mi mundo.- Dije.
- ¡Ves! Eres tan precioso.
- Te equivocas pequeña.
- Lo que tu digas.- Me dijo.
A medida que nos íbamos adentrando en calles desiertas, mientras la luna nos observaba, María comenzó a hablar.
- Mis padres vendrán mañana.
- ¿ Como que vendrán mañana ?
- Si, no te preocupes, ya les he informado de que te encuentras aqui en Ocarex, dicen que no hay problema.
- Madremía que vergüenza, María.
- No te preocupes, son muy majos.
- Jajaja, les debo mucho.
- ¿ Que les debes mucho, David ?
- Sí, por hacer una hija tan perfecta.
- Jaja, que tonto eres.
Entre risas, me besó, a continuación me dio un abrazo y continuamos con nuestro paseo.
Miré la hora con el reloj del señor Diego, eran las doce y media de la noche.
- ¿ Y ese reloj ?.- Me preguntó intrigada.
- Me lo a dado mi compañero de viaje, Diego.
- Ui, que extraño, ¿ no ?
- El ya no lo usaría.
- Esta bien, volvamos ya para casa.
- De acuerdo.
De camino a casa, vi la playa, y se me ocurrió una idea. Cogí la mano de María y la adentré conmigo en la playa.
- ¿ Que hacemos aquí, David ?
- Posiblemente no muchas veces podré disfrutar de tenerte conmigo, los dos solos, en una playa desierta.
- Jajaja, en eso te doy la razón.
Comencé a besadla, sin pausa, sus labios me atraían como una droga, eran perfectos, en sus pupilas se reflejaba la luna, nos tiramos en la arena, y le dije.
- Te amo, María.
- Yo también te amo, pequeñín.
Pasamos allí como unas dos horas, abrazados, besándonos, cogidos de la mano, comentando historias de nuestra vida, nuestra infancia, después nuestra etapa en el colegio y finalmente en el instituto.
- Volvamos ya a casa, si llaman mis padres y no lo cojo se preocuparán.
- Esta bien, volvamos.

Entrando en su casa, un amplio reloj marcaba las dos de la mañana, María se notaba que estaba un poco cansada.
- Bueno David, yo me voy ya a la cama, estoy muy cansada.
- Esta bien, María.
- Ven aquí anda
- Dime
Me besó y me dijo.
- Buenas noches pequeño
- Nunca me habían dado unas buenas noches tan perfectas
Se rió, su puerta se cerró, yo de camino a mi habitación estuve pensando en que como ella me había dado unas buenas noches tan cariñosamente, porque yo no.
Me puse la alarma a las nueve de la mañana, y me tiré en la cama, le envié un mensaje a mi madre.
" Siento estas horas mamá, pero era para decirte que todo esta bien, que ¡en dos días nos vemos!, te quiero mucho mamá, besos a la familia y sobretodo a Lucas. "
Me dormí.

Sonó la alarma, las nueve de la mañana, me levanté, me vestí y abrí la puerta con cuidado, me asomé por la puerta de María y hay estaba ella, descansando, cerré la puerta de su habitación, y avisté las llaves de casa, las cogí y me fui.
Avisté un parque, en el que había un jardín lleno de rosas rojas, cogí una, después me dirigí a la playa, vi que había una cala llena de rocas, me acerqué a ella, y vi unas piedras muy pequeñas, cogí una y me la llevé.
Entré de nuevo en la casa, todo seguía igual que cuando yo me había ido, me acerqué a mi habitación y cogí un rotulador pequeño negro, saqué la piedra del bolsillo y puse:
" Tú pequeño, te ama. Ocarex 2011. " La volví a guardar. Me dirigí a la cocina, cogí un poco de pan, bajé el aceite después de investigar todos los cajones, saltaron las tostadas, les eché aceite, cogí un vaso, lo llené de zumo de naranja, cogí una bandeja, y coloqué todo correctamente, después puse la rosa y al lado la piedra pequeña.

- Buenos días princesa.
María abrió los ojos.
- Dios David, ¡¿te has levantado aposta?!
- Sí, no tenia mucho sueño.- Le dije.
- Muchísimas gracias, nunca me habían traído el desayuno a la cama.
- Hasta ahora.
- Te lo has ganado.
Me besó muy fuerte.
- Vamos vístete, hoy hay una feria en el pueblo.- Le dije.
- Es verdad, ¡no me acordaba!

Al cabo de unos minutos estábamos andando, y vimos como un señor alto, fuerte, con un largo abrigo, y una bufanda de rayas en el cuello, nos miraba, iba detrás de nosotros, yo le pregunté a María que quien era, ella me contesto que no lo sabía que no lo había visto nunca por el pueblo.
El señor se fue acercando cada vez más, hasta que nos alcanzó.
Me cogió del brazo y me asusté.

- Tú eres David, ¿ verdad ?.
- ¿ Quien es usted ?
- Vengo de parte de Diego.
Entonces recordé a mi compañero de viaje.
- ¿ A pasado algo ?
- No, el se marcha del pueblo y me a pedido personalmente como su amigo que te entreguemos esto.
- ¿ De que se trata ?
- No lo sé, joven.
Me entrego una caja de color negro, y el señor se fue.
- ¡ Vamos ábrela !.- Me dijo María.
Quité el lazo, y quité la tapa negra, una carta enrollada se veía en el fondo de la caja, la cogí y comencé a leer.
" Hola David, ¿ que tal ?, seguramente te hayas asustado con mi amigo Pedro, perdóname es muy alto y sé que intimida, pero no había mucho donde elegir, me marcho de Ocarex, pero antes de todo quería pedirte un favor, sé que solamente nos conocemos desde hace un día, pero aquí, en Ocarex, no tengo a casi nadie, esto es lo que te pido que hagas, quiero que te dirijas a la calle Zafón, nº 26, 3ºA. Las llaves están debajo del felpudo, allí encontrarás................."






D.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Ese gran beso.

Me desperté, parecía que habían pasado cinco horas, pero en realidad solo había pasado una. De repente escuché una voz muy rara, no la conocía, era de mi compañero de viaje.
- Hola muchacho, me llamo Diego.
- Encantado, soy David.
- ¿ Que te trae por aquí, amigo?
- Pues si te soy sincero, una chica.
- Ah, te comprendo, a todos nos a pasado.
- ¿ El que, señor ?.- Pregunté
- Venir a buscar nuestro gran amor.
- Ah, jajaja.- Me reí sonrojado.
- Oye, ¿ y como se llama la chica ?
- Se llama María, señor.
- María, bonito nombre. ¿ Y hacia que parte de la costa te diriges ?
- Me dirigo a Ocarex, señor.
- ¿ Ocarex ? Tiene una playa preciosa
- Eso he oido, la visitaré
- Con..... ¿María? si no recuerdo mal.
- Jajaja, se intentará.
- Toma llévate esto, lo tengo desde pequeñito, me recuerdas mucho a mi de joven, a mi no me hará falta.
Me tendió su mano y tenia un reloj muy antiguo, era de color plateado, con el detalle de los números en color negro.
- Muchas gracias señor, ¿ y porqué cree que tendré que me vendrá bien ?
- No lo sé, pero estoy seguro de que lo usaras, y recuerda : " Cada segundo, será parte de tu vida "
Allí finalizó la conversación, me puse mis cascos, y empecé a escuchar " Paradise " de Coldplay, estuve viendo muchos paisajes, pueblos, personas, etc.

Al fin llegamos, la estación de Ocarex era muy pequeñita, lo suficiente para albergar a unas 50 personas facilmente, cogí mi maleta, una mano me toco el hombro.
- Bueno David, nuestros caminos se separan, espero volver a vernos.
- ¡ Diego ! Yo también espero que nos volvamos a ver, un saludo muy grande a tus familiares. ¡Hasta luego!
- Adiós, David. Por cierto dale un saludo a María de mi parte.
- Se lo daré.
Despareció entre la gente.
Miré de un lado a otro y no conseguí encontrar a María, comencé de nuevo con más pausa, y la encontré estaba sentada en un banco, me buscaba con la mirada, al fin me encontró. Vino corriendo hacia mi, de repente saltó hacia mi, dándome un gran abrazo.
- Estas loco, ¿que haces aquí?
- Es una larga historia, vamos te la contaré por el camino.
Antes de desaparecer del todo de la estación, encontré a Diego, estaba solo, como si no esperara a nadie, me guiño un ojo, refiriéndose a María, yo le sonreí.

Después de explicarle todo lo que había pasado a María comenzamos a hablar.
- ¿ Si que han pasado cosas desde que yo me fuí, no ?
- Demasiadas, diria yo.
- Tranquilo, ya estas aquí, y ves que estoy bien, por cierto, llama a tus padres y diles que has llegado.
- No te preocupes, no quiero despertarles, ahora dentro de un par de horas les llamo.
María y yo desaparecimos entre los primeros rayos de luz señalando el amanecer.

Llegamos a su casa, era amplia, y muy acogedora, me señaló cual era mi habitación, deje todas las maletas y María me dijo que si no me apetecía ir a desayunar, yo le respondí con un sí rotundo.

Después de desayunar, le dije que me gustaría descansar un rato, porque estaba muy cansado, ella me respondió que no había problema, nos dirigimos de nuevo a la casa que quedaba muy cerca de la cafetería.

- Bueno David, descansa.
- Muchas gracias María.
Con una sonrisa cerré la puerta de mi entonces nueva habitación y me eche en la cama, era muy cómoda, y las sabanas muy suaves.

Abrí los ojos, miré el reloj que me había dado Diego hace unas horas, y marcaban las 19:00 de la tarde, salté de la cama corriendo, abrí la puerta y hay estaba ella, sentada en la mesa, dibujando algunos bocetos.

- Buenos días dormilón, bueno... más buenas tardes jajaja.
- Hola María, estaba muerto, siento haberme quedado durmiendo.
- No te preocupes tonto, mientras dormias, he ido a hacer algunos recados al pueblo. ¿ Te apetece dar un paseo por la playa, te despejas y así la conoces un poco ?
- Claro, María.
- Cogí mi móvil, los cascos me los eché al bolsillo, también me llevé el reloj de Diego, nunca sabría cuando lo podría usar y María y yo nos dirigimos a la playa, tardamos unos 15 minutos en llegar.

Nos sentamos en la orilla del mar, y le dije:
- Tengo una canción que puede que te guste, María.
- ¿ Así? A ver ponla.
- Le puse un casco y el otro me lo puse yo.
Comenzó a sonar " Just a dream " de Nelly, pero esta era una versión imitada de unos dos jóvenes cantantes.
A continuación le dije a María.
- Te quiero muchísimo, ¿sabes?
- Más que yo a ti, lo dudo.
- Sé que yo más.
- O no, ¿quién sabe?
- Puede que ahora lo sepas.
Me arme de valor, cogí aire, y la besé, un beso, tierno, cariñoso, con dulzura, lleno de alegría y con muchas ilusiones puestas en el.
- Te amo pequeño.
Y entre las olas llegando a nuestros pies, María y yo, estuvimos en la playa hasta que la luna apareció






D.

Planes de última hora.

" Hola David, mi pequeño. Tengo que decirte que no puedo ir estos días a clase, porque estoy haciendo todas las maletas, recogiendo mi casa y comprando cosas para llevarme... Te preguntarás que a donde voy, bueno pues este fin de semana me voy a Ocarex, es un pueblo muy pequeñito situado en la costa de Gandía. Salgo mañana a las 12 de la mañana desde la estación del AVE para allá, de esto no se puede enterar nadie, me gustaría que vinieses a eso de las 11 de la mañana tengo algo que decirte, por cierto, no te he podido coger el teléfono porque lo tenia en silencio, lo siento, supongo que estarás preocupado, tranquilo estoy bien y todo eso. Bueno, nos vemos mañana, a las 11 no lo olvides.
Un beso muy grande, tú pequeñina.

P.D: Me gusta tu colonia ;)

Le dije a Lucía, que mañana no podía ir a clase, que si veia a alguno de los profesores que le dijera si estaba enfermo.
Me fui para mi casa... Subiendo por las escaleras;algo raro en mi; empecé a pensar en que me diría María, si necesitaba algo, o quizá que le hiciera un favor, no sé.

Por la tarde quedé con un amiga para terminar de montar la coreografía para el festival que estaba muy cerca, le pregunté que haría en mi situación, en que la chica perfecta se vaya un fin de semana a la playa, ella me respondió:
- Vete con ella.
Le dije que si fuera tan fácil estaría claro que me iría, pero que las cosas no podía hacerlas precipitadamente. 

Por la noche, terminé de cenar, recogí mi plato y me fui a mi habitación tenia un mensaje nuevo en mi móvil, era de ella.
" ¿Nos vemos mañana, no pequeño? te quiero.
A lo que le respondí:
" Allí estaré, ¿dudabas que no estaría? Yo te quiero más.
Volvió a sonar el tono del mensaje.
" No lo dudaba, pero eres con el único que cuento. Eso lo dudo, tq "
Con una sonrisa, deje el móvil y me fui a ver la tele.

Al día siguiente, me desperté tranquilamente, mis padres me preguntaron que si no tenía clase, yo les dije que había huelga de profesores. Salí de la ducha y me eché la colonia que tanto le gustaba a ella.

De camino a la estación del AVE, por delante de mi paso una ambulancia a toda prisa... estuve escuchando música como unos 15 minutos, de repente se cortó el tono de llamada entró por mis oidos le di al botón verde.
-¿Sí? ¿Quien es?
- ¡¡¡¡David!!!! ¡¿ Donde estas?!
Reconocí la voz de mi padre.
- ¿ Yo ? De camino a la estación tengo que ir a recoger una cosa.- Mentí.
- Bueno pues vete ahora mismo al hospital que a tú hermano le a atropellado un hijo de puta, que iba borracho.
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿Que dices?!!!!!!!!!!!!!!!!!!!. No, a Lucas no por favor.- Mi hermano tenía 10 años.
- David, vente para el hospital, por favor.
- Estoy en 15 minutos allí.

La estación quedaba a más de 20 minutos, la situación era la que peor que se me había presentado en mi vida, Lucía se iba en 15 minutos a Ocarex, un pueblo perdido en medio de la costa, y mi hermano recién atropellado en el hospital.

Me dirigí al hospital, llamé a María y no lo cogió, la volví a llamar y sin éxito.
En el hospital estuvimos toda la noche, volví a llamar a María y parece como si se la hubiera tragado el mundo, no cogía el móvil. 

Al fin salió el médico.
- Doctor, ¿ como está ?
El Doctor Fernández era alto, de unos 40 años y con el pelo castaño. 
- Bueno, esta estable, y se recuperará en breve, tiene tres costillas rotas y alguna que otra herida superficial.
- Vale, muchas gracias Doctor.
- Lo que os recomiendo es que os marchéis a descansar, Lucas no se despertará hasta pasado mañana esta muy sedado y con anestesia.
Llegando a mi casa...
Lo pensé me tenia que ir a darle explicaciones a María, al fin y al cabo aquí, no hacia nada.
Cogí a mi madre y le dije:- Mamá me voy a dormir a casa de un amigo dos días y vengo el domingo por la noche, ¿entendido? 
- ¡¿Pero como que te vas!?
- Si mama, va que es viernes, no tengo clase ni que estudiar.
- Bueno, pero cógeme el teléfono cada vez que te llame y coge el pijama que tienes en el último cajón y la ropa que necesites.
- Si, no te preocupes.
- Venga, pásalo bien.

Cogí unos 20 € para comprar el billete a Ocarex, lo había mirado en Internet valia 10 € ida y vuelta. Cogí mi colonia, puse en una bolsa toda la ropa y me marché.

" Pasajeros con destino Ocarex, acudan a la puerta número 12 " Anduve hasta aquella puerta una joven cogió mi billete y con las mismas palabras que al pasajero de delante me dijo:
- Disfruten del viaje, les recordamos que esta prohibido fumar, gracias por tener confianza en nosotros.

Me senté en el asiento Nº 135 al lado de un hombre de unos 63 años.

Llamé a María y por fin me lo cogió.

- María, al fin han pasado muchas cosas voy hacia Ocarex, cuando llegue te llamo, y me recoges en la estación, no te preocupes yo te lo explico.
-  ¡¿Pero que dices?! ¿¡Estas loco?!
- Si estoy loco.- Me falto decir por ti, pero no.
- Bueno, a que hora llegas.
- A las 2 de la mañana.
- Allí estaré.
- Muchas gracias, te quiero.
- De nada, yo también.

Con la luz de la luna, empecé a dormir un poco, cuando me despertará de ese sueño, ya habría llegado a Ocarex y estaré con mi pequeña.




D.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tal vez lo único que duele más que decirte adiós es no haber tenido la ocasión de haberme despedido de ti.

Lunes por la mañana, todo era perfecto solo faltarían cuatro días para poder estar con María, mi sonrisa no se borraba de mi cara ni un segundo, siempre que me cruzaba con ella por los pasillos ella me miraba, sonreía y agachaba la cabeza con vergüenza. Esta semana no teníamos exámenes por lo tanto todo era aun más perfecto, las clases se pasaban como ráfagas de viento, quizá no estuviera atento, pero que importaba, ella era quien invadía mi cabeza, ella era la culpable.

El lunes por la tarde estuve haciendo una redacción de inglés sobre que teníamos que ponernos en la situación de una despedida, yo, puse : " Tengo que marcharme de ciudad, mis padres quieren que estudie en un colegio mayor ".

Martes por la mañana, era un día de lluvia, esos días que no quieres salir de tu casa, que solamente te quieres quedar en tu cama, abrigado por el colchón. Yo, salí de la ducha, me vestí, estrenaba chaqueta nueva, una chaqueta de Adidas gris y el detalle de rayas en color azul. Pensé en acompañar ese día a María a su casa, ya que me tocaba comer en casa de mi abuela que vivía cerca.
Sonó el timbre anunciando el final de las clases, yo avisté a María entre su grupo de amigas, Lucía, Laura, Alicia y la más pequeñita Mireya.

Me acerqué al grupo, y dije:
- Os robo un momento a María, jaja.
- ¡Hola David! ¿ Pasa algo ?.- Preguntó intrigada.
- No, solamente te quería decir que hoy te acompaño hasta tu casa, ¿ vale ?.- Afirmé.
- ¡Ah!, estupendo, en cinco minutos nos vamos.
- Tranquila no hay prisa.

María, empezó a despedirse de sus amigas, dándoles dos besos y algún que otro abrazo se veía.

- Bueno, pues ya esta, vayámonos.- Anunció María.
- Esta bien.

Cruzamos un paso de peatones y empezamos a subir avenida arriba.

- Hace bastante frío.- Me dijo preocupada.
- Toma.- Le tendí mi chaqueta gris y azul.
- No, pasaras frío, y no quiero.
- Anda no seas tonta, no te preocupes, póntela.- Le dije.
Ella con cara de preocupación, se puso la chaqueta y me dijo.
- Solamente nos quedan pocos días y veremos esa película, ¿ sigue en pie, no ?.
- Claro que si, María.
Llegamos a la puerta de su casa y me cedió la chaqueta, a lo que le dije.
- No, quédatela, y mañana me la das, ¿ esta bien ?.
- ¡ No !, esta lloviendo a mares, te vas a poner enfermo.
- Que no tranquila, en serio quédatela.
- Luego, no sera mi culpa cuando estés enfermo.- Me dijo preocupada.
- Jaja, es hora de irme.

Me acerque a ella, le tendí mi mano, ella la agarró fuerte y me dio dos besos.

Miércoles por la mañana, ella no estaba, no la encontraba, no la veía con su grupo de amigas, me pregunté que donde estaba. Y me acerque a Lucía una de las mejores amigas de María y le pregunté.

- Oye, ¿ sabes donde está María ?.
- No tengo ni idea, ayer vino a clase, no se que le a pasado.
- Vale, gracias.

Esa mañana se me hizo eterna, solo quería que acabarán las clases, para acercarme a su casa.

De camino a su casa, pensé en que a lo mejor, estaba enferma, o que quizá había tenido que ir a revisión del médico o al dentista, eran miles las cosas que podían haber pasado.

Toque el telefoníllo, no hubo respuesta, volví a tocar, y tampoco. Llame a María a su teléfono y me salia el contestador, sabia que algo raro estaba pasando, María era una chica que no faltaba a clase a sí por que sí, y menos sin decírselo a su grupo de amigas.

Al día siguiente, iba triste, sin alegría, María tampoco había venido. En las clases se podía apreciar que algo me pasaba, siempre que me preguntaban la típica pregunta : ¿ Que te pasa ? Mi respuesta era : Nada, que he dormido poco. En realidad no había dormido nada, pensando en que pasaba con María ya que le había vuelto a llamar un par de veces mas, y me salia el contestador en su móvil y en su casa.

A la salida del instituto, se acercó Lucía y me dijo.

- David, tengo que hablar contigo.
- Dime Lucía ¿ que pasa ?.- Pregunte muy preocupado.
- Ayer María fue a verme a mi casa.
- ¿¡ Sí ?!, ¿y que te dijo?.- Ella veía que estaba preocupado por si algo había pasado con María.
- No hablamos casi nada, solamente me dejo esto para ti, es una carta, le prometí que yo no lo leería, así que no se de lo que habla. Toma.
- Vale, Muchas gracias, Lucía.
- No hay de que.

Abrí la carta doblada, y comencé a leer.

" Hola David, mi pequeño. Tengo que decirte que................ "







D.

martes, 6 de diciembre de 2011

No es solamente un abrazo, es un sentimiento.

5:30 de la tarde.

Salí de la ducha, y la ropa me esperaba encima de la cama, mi camiseta azul y gris, mis pantalones baqueros, y mis zapatillas Vans recién compradas. A los 10 minutos terminé de vestirme, ya estaba listo para irme, cogí de encima de mi estantería la colonia One Million, regalada por navidad, los cascos del móvil en mis oídos, cogí las llaves, abrí la puerta y supe que cuando volviera a abrir esa puerta puede que algo en mi vida hubiera cambiado.

Poco a poco me iba acercando a su casa, mis nervios crecían a medida que yo avanzaba con ellos, doble la esquina y su portal ví, era un portal antiguo, tenia un escalón amplio para salir a la calle, busqué en el telefonillo su nombre o quizá el apellido de sus padres... Pérez no, García tampoco, Fernández Sancha, ¡este es! 3ºD, toque el telefonillo y una voz dulce contesto.

- ¿ Quién ? - Dijo María con duda
- ¡Soy David! - Respondí
- ¡Ah! Es verdad, tu camiseta, ¡ya bajo!
Vale, ahora yo ya estaba a punto del paro cardíaco. Me apoyé en un coche antiguo que estaba en frente de su portal, la tapicería parecia muy dañada, tendría unos 15 años o por hay, en ese momento pensé en que le diría o que haría cuando me encontrase con María.

Se abrió la puerta, María iba simplemente perfecta, una camiseta azul con el símbolo de Superman se apreciaba, unos pantalones rojos, y unas Converse Azules como su camiseta.

- Aquí tienes, tu camiseta. - Comenzó ella.
- Muchas gracias, me salvas de tener que comprarme una para ponermela nada más que una vez.
- No hay que darlas. - Respondió.
- Bueno, pues me voy, de nuevo gracias.
- ¿Te vas ya?, ¿No quieres subir? - Me pregunto misteriosamente.
- Hombre, si quieres, subiré.
- Vamos anda, pasa.

Me introduje en su portal, era muy grande, desde a fuera parecía pequeño, pensé que me tocaba subir hasta el 3º Piso por las escaleras, pero no, habia un ascensor, ella apretó el botón del 3º

- Estaba pintando cuando has llamado. - Me dijo
- ¿ Pintas ?. - Pregunté
- Sí, no muy bien pero la verdad es que pinto.
- Jaja, seguro que son preciosos
Pensé en decirle como tú, pero hubiera sido un momento muy tenso.
Las puertas del ascensor se abrieron, un largo pasillo asomaba.

- Ven es aquí. - Apuntó.
La letra " D " encima de la puerta daba nombre a la casa.

- Estoy sola en mi casa, mis padres están de viaje y mi hermano está en una competición de natación.
- Ah, pues entonces podrás hacer lo que quieras. - Dije.
- No te creas, llaman cada día, mañana, tarde y noche.
- Es normal, estas sola en tu casa.
- Ya, les comprendo.

Nos acercamos a su habitación el color azul y verde reinaba la habitación, era grande, con un sillón para los invitados, y una cama con sábanas rosas.

- Siéntate si quieres, estarás cansado. - Me dijo preocupada.
- Tranquila, solo son 10 minutos de mi casa aqui.
- Como quieras, ¿Nos hacemos una foto?
- Vale.- Respondí interesado.

Ella acercó un trípode y una cámara Canon bastante grande encima, le dio al temporizador, se puso detrás de mi, y apoyó sus brazos sobre mi cuello. Y el flash de la cámara saltó.

- Ya esta, es muy bonita, mira.
- La verdad es que sí es muy bonita.- Le dije

Creo que era el momento de decirle lo que me guardé para un momento como estos.

- María, tengo que decirte algo.
- Dime, David.
Cogí aire y le dije.
- Tienes una sonrisa preciosa, por no decir perfecta. - Le dije
- ¿A si? Muchas gracias, a mi me gustan mucho tus ojos.- Me dijo.
- Muchas Gracias María.

Las horas pasaban mientras nosotros escuchábamos música, eran las 22:15 de la noche, me levanté de donde estábamos sentados y le dije, me tengo que marchar, lo siento.

- Tranquilo, gracias por haber venido.
- A ti, por la camiseta.- Le respondí.

Ella me condujo a la puerta y...

- Bueno, espero verte más, David.
- Lo mismo digo, María.
Fui a darle dos besos, y ella me dio un abrazo, un abrazo de película, de esos que sueñas cada noche, ese momento era perfecto, nadie podía estropearlo.
- Si quieres, podríamos quedar un día de estos y ver una película aquí en mi casa, me han dicho que hay una que esta muy bien se titula " Cuando el amor es para siempre ".
- Por supuesto, ¿Cuando podríamos?.- Le pregunté.
- Si quieres el viernes que viene, mis padres aún no habrán vuelto.
- Aquí estaré.
- Nos vemos pronto, pequeño.- Me dijo
- Buenas noches pequeña.

La puerta se cerró, esta vez bajé por las escaleras, y de camino a casa pensé en qué pasaría ese viernes, estariamos los dos solos, viendo una película de amor, no sé quizá pasé o no.

Llegue a mi casa y cuando abrí la puerta, recordé cuando me fui que dije que cuando volviera a entrar algo de mi vida hubiera cambiado, esta vez, la a cambiado por completo.

Entré en mi habitación y un mensaje llegó a mi móvil, decía lo siguiente:
" Espero con ganas que llegué ya el viernes, y así poder vernos de nuevo. Buenas noches pequeñín. María.
Le respondí.
" Yo también quiero que llegué ya, por cierto me a encantado tú abrazo. Duerme bien. David.
Deje el móvil y al minuto recibí un mensaje.
" Pues el viernes, tendrás todos los que quieras "
Con una amplia sonrisa, apagué el móvil me tumbé en la cama, y sabía de sobra que esto no era un sueño, como todos los de antes. Apagué la luz y me sumergí en un profundo sueño.






D.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Sábado, aquella llamada perdida.

Sábado por la mañana, son las 10 de la mañana y no he estudiado nada, por otra parte no lo haré, para eso están los domingos. Cogí mi móvil y tenía una llamada perdida, de un número extraño, no me aparecía en la agenda, supuse que se habían equivocado. Conecté el cable del altavoz, y le dí al play, empezó a sonar una canción que me gustaba mucho " Walk " de los Foo Fighters. Mientras Dave Grohl cantaba, yo recogía mi habitación... Terminé, y cogí el ordenador, puse el Tuenti, y tenia una petición de amistad, pulse el botón, y mis ojos no podían creerlo era ella, María.
Le dí a aceptar, y en unos segundos le envié un mensaje privado, fue tal que así. " Hola María, ¿ Qué tal estas ? Te quería decir una cosa... No sé si sabias que el próximo Viernes yo actúo y quería salir con una camiseta que tienes tú, es esa que pone " All you make me feel " como es así grande parece de chico, así que, ¿ me harías ese favor ? De todas formas, Muchas Gracias.
Un beso, David.

Cerré la tapa del ordenador, le envié un sms a Victoria; Victoria y yo nos conocimos desde que íbamos juntos al colegio, y ahora también al instituto, con ella es con quien hablo de todo: amor, confusiones, que hacer en algunos momentos, etc. Le dije que a las 11 en la esquina, también vivimos muy cerca, ella a dos calles de mi casa. Cogí las llaves, me puse el abrigo, le di un beso a mi hermana que estaba tumbada en el sofá, abrí la puerta y me marché.

- Por fin te veo - Me dijo Victoria.
- ¡Ya! Desde que nos pusieron los exámenes no he salido.
- No me hables de exámenes, no me hables jaja. - Dijo mientras andábamos hacia el café Coliseo; Siempre que podemos vamos allí a comentar las cosas de la semana.

Nos sentamos en una de las mesas del fondo del café, y se acercó una camarera con ojos azules y pelo rubio.
- Buenos días, ¿ Que querrán tomar ?
- Un capuccino y una tortita con chocolate - Dije.
- Yo un zumo natural - Dijo mi amiga Victoria.

De repente sonó mi móvil, era el mismo número que el de esta mañana.
- Hola, ¿ quien eres ?
Una voz perfecta impactó a mis oídos, era ella.
- ¡Soy María! - exclamó
Me quede muy impactado, no me esperaba para nada que fuera ella.
- ¡Ah!, Hola María, ¿que tal estas?
- Yo bien, espero que tú también lo estés... Te quería decir que acabo de leer tu mensaje privado y que si la necesitas te la dejaré encantada.
- Muchas Gracias María, y...¿ cuándo me la darás ?
- Pues mira si te apetece, pásate por mi casa a eso de las seis y media.
- Allí estaré.
- Pues hasta esta tarde entonces, un beso David.
- Nos vemos, otro para tí, María.

Pensé que esta tarde podría decirle lo que me guardé cuando nos presentaron.
Entre el dulce aroma del café caliente y las tortitas llenas de chocolate, empecé a pensar en que me pondría para esta tarde...




D.


domingo, 4 de diciembre de 2011

22 de Enero de 2010, 12:21

Yo no paraba de buscar una camiseta idónea para actuar; Tenia que bailar dentro de 3 días y aun no había encontrado la que yo quería.
Esa misma mañana ella apareció, mis ojos se quedaron inmóviles, una chica de estatura media, ojos marrones, y muy extrovertida me impresionó, no me había fijado nunca en ella de esa forma, quizá me la había cruzado por los pasillos pero jamás me había quedado observándola, su camiseta me impacto mucho, ya que era una como la que yo buscaba, era azul, y tenia unas palabras que decian << All you make me feel >> Era esa, esa camiseta, tenia que conseguirla fuera como fuera.
En el recreo, la volví a ver, pero esta vez de forma distinta estaba hablando con mi mejor amiga, Alicia.
En cuanto vi que ella desaparecía cogí a Alicia y le pregunté
- ¿Quien es esa? - Pregunté sorprendido
- Se llama María, nos conocimos el año pasado.
- Es muy guapa, a la salida intenta presentarmela. - Respondí.

Las siguientes dos horas de clase pasaron en un abrir y cerrar de ojos, quizá porque no había parado de pensar en ella, no me la podía quitar de la cabeza, ni a ella ni a su camiseta, que por otra parte era lo que necesitaba.

Sonó el timbre y cogí a Alicia de la mano y le dije:
- Espero que no le moleste que nos presentemos, jaja - Le dije tímidamente a mi amiga.
- No le molestará, si no que...
- Si no ¿qué?
- Es muy tímida David, compréndelo.
- Da igual, no creo que por dos besos vaya a salir corriendo, ¿ no crees ?
En ese momento finalizó la conversación.

Yo la vi, con su grupo de amigas, todas estaban riendo, enseñándose mensajes de móvil una a otra; supongo que serían del chico que les gustaba...

- María, mira te quería presentar a un amigo, que quiere hablar contigo, se llama David.
- Ah, que bien jaja. Yo me llamó Maria como habrás oido. - Respondió tímida.
A continuación, nos dimos dos besos, y sonreímos a la vez.

Ella se marchó, avenida arriba, pensé que no podría más hablar con ella si no estuviera Alicia delante.
Me puse mis cascos, comenzó a sonar " Em fools like me" era una canción de Lisa Loeb, es una canción de la serie Anatomía de Grey. 
<< Lisa Loeb >> en mis cascos, y yo, nos desvanecimos entre la niebla.

David.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Comienzo de una larga historia.

Hola, mi nombre es David Rodríguez, tengo 15 años y me gustaría narrar el día a día que vivo cuando veo a ella,  si a ella, todo el mundo tiene una persona que desea ver todos los días, esa persona que hace que sonrías en los momentos más débiles de nuestra vida, pues yo en particular os narraré desde el día que la conocí hasta el final de la historia, ¿final feliz?, nadie lo sabe. Solamente deciros, que luchéis por esa persona ya que puede que el día de mañana empiece una bonita e inolvidable historia.