Bienvenidos.

Espero que la historia os enganche desde el principio

martes, 6 de diciembre de 2011

No es solamente un abrazo, es un sentimiento.

5:30 de la tarde.

Salí de la ducha, y la ropa me esperaba encima de la cama, mi camiseta azul y gris, mis pantalones baqueros, y mis zapatillas Vans recién compradas. A los 10 minutos terminé de vestirme, ya estaba listo para irme, cogí de encima de mi estantería la colonia One Million, regalada por navidad, los cascos del móvil en mis oídos, cogí las llaves, abrí la puerta y supe que cuando volviera a abrir esa puerta puede que algo en mi vida hubiera cambiado.

Poco a poco me iba acercando a su casa, mis nervios crecían a medida que yo avanzaba con ellos, doble la esquina y su portal ví, era un portal antiguo, tenia un escalón amplio para salir a la calle, busqué en el telefonillo su nombre o quizá el apellido de sus padres... Pérez no, García tampoco, Fernández Sancha, ¡este es! 3ºD, toque el telefonillo y una voz dulce contesto.

- ¿ Quién ? - Dijo María con duda
- ¡Soy David! - Respondí
- ¡Ah! Es verdad, tu camiseta, ¡ya bajo!
Vale, ahora yo ya estaba a punto del paro cardíaco. Me apoyé en un coche antiguo que estaba en frente de su portal, la tapicería parecia muy dañada, tendría unos 15 años o por hay, en ese momento pensé en que le diría o que haría cuando me encontrase con María.

Se abrió la puerta, María iba simplemente perfecta, una camiseta azul con el símbolo de Superman se apreciaba, unos pantalones rojos, y unas Converse Azules como su camiseta.

- Aquí tienes, tu camiseta. - Comenzó ella.
- Muchas gracias, me salvas de tener que comprarme una para ponermela nada más que una vez.
- No hay que darlas. - Respondió.
- Bueno, pues me voy, de nuevo gracias.
- ¿Te vas ya?, ¿No quieres subir? - Me pregunto misteriosamente.
- Hombre, si quieres, subiré.
- Vamos anda, pasa.

Me introduje en su portal, era muy grande, desde a fuera parecía pequeño, pensé que me tocaba subir hasta el 3º Piso por las escaleras, pero no, habia un ascensor, ella apretó el botón del 3º

- Estaba pintando cuando has llamado. - Me dijo
- ¿ Pintas ?. - Pregunté
- Sí, no muy bien pero la verdad es que pinto.
- Jaja, seguro que son preciosos
Pensé en decirle como tú, pero hubiera sido un momento muy tenso.
Las puertas del ascensor se abrieron, un largo pasillo asomaba.

- Ven es aquí. - Apuntó.
La letra " D " encima de la puerta daba nombre a la casa.

- Estoy sola en mi casa, mis padres están de viaje y mi hermano está en una competición de natación.
- Ah, pues entonces podrás hacer lo que quieras. - Dije.
- No te creas, llaman cada día, mañana, tarde y noche.
- Es normal, estas sola en tu casa.
- Ya, les comprendo.

Nos acercamos a su habitación el color azul y verde reinaba la habitación, era grande, con un sillón para los invitados, y una cama con sábanas rosas.

- Siéntate si quieres, estarás cansado. - Me dijo preocupada.
- Tranquila, solo son 10 minutos de mi casa aqui.
- Como quieras, ¿Nos hacemos una foto?
- Vale.- Respondí interesado.

Ella acercó un trípode y una cámara Canon bastante grande encima, le dio al temporizador, se puso detrás de mi, y apoyó sus brazos sobre mi cuello. Y el flash de la cámara saltó.

- Ya esta, es muy bonita, mira.
- La verdad es que sí es muy bonita.- Le dije

Creo que era el momento de decirle lo que me guardé para un momento como estos.

- María, tengo que decirte algo.
- Dime, David.
Cogí aire y le dije.
- Tienes una sonrisa preciosa, por no decir perfecta. - Le dije
- ¿A si? Muchas gracias, a mi me gustan mucho tus ojos.- Me dijo.
- Muchas Gracias María.

Las horas pasaban mientras nosotros escuchábamos música, eran las 22:15 de la noche, me levanté de donde estábamos sentados y le dije, me tengo que marchar, lo siento.

- Tranquilo, gracias por haber venido.
- A ti, por la camiseta.- Le respondí.

Ella me condujo a la puerta y...

- Bueno, espero verte más, David.
- Lo mismo digo, María.
Fui a darle dos besos, y ella me dio un abrazo, un abrazo de película, de esos que sueñas cada noche, ese momento era perfecto, nadie podía estropearlo.
- Si quieres, podríamos quedar un día de estos y ver una película aquí en mi casa, me han dicho que hay una que esta muy bien se titula " Cuando el amor es para siempre ".
- Por supuesto, ¿Cuando podríamos?.- Le pregunté.
- Si quieres el viernes que viene, mis padres aún no habrán vuelto.
- Aquí estaré.
- Nos vemos pronto, pequeño.- Me dijo
- Buenas noches pequeña.

La puerta se cerró, esta vez bajé por las escaleras, y de camino a casa pensé en qué pasaría ese viernes, estariamos los dos solos, viendo una película de amor, no sé quizá pasé o no.

Llegue a mi casa y cuando abrí la puerta, recordé cuando me fui que dije que cuando volviera a entrar algo de mi vida hubiera cambiado, esta vez, la a cambiado por completo.

Entré en mi habitación y un mensaje llegó a mi móvil, decía lo siguiente:
" Espero con ganas que llegué ya el viernes, y así poder vernos de nuevo. Buenas noches pequeñín. María.
Le respondí.
" Yo también quiero que llegué ya, por cierto me a encantado tú abrazo. Duerme bien. David.
Deje el móvil y al minuto recibí un mensaje.
" Pues el viernes, tendrás todos los que quieras "
Con una amplia sonrisa, apagué el móvil me tumbé en la cama, y sabía de sobra que esto no era un sueño, como todos los de antes. Apagué la luz y me sumergí en un profundo sueño.






D.

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