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Espero que la historia os enganche desde el principio

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tal vez lo único que duele más que decirte adiós es no haber tenido la ocasión de haberme despedido de ti.

Lunes por la mañana, todo era perfecto solo faltarían cuatro días para poder estar con María, mi sonrisa no se borraba de mi cara ni un segundo, siempre que me cruzaba con ella por los pasillos ella me miraba, sonreía y agachaba la cabeza con vergüenza. Esta semana no teníamos exámenes por lo tanto todo era aun más perfecto, las clases se pasaban como ráfagas de viento, quizá no estuviera atento, pero que importaba, ella era quien invadía mi cabeza, ella era la culpable.

El lunes por la tarde estuve haciendo una redacción de inglés sobre que teníamos que ponernos en la situación de una despedida, yo, puse : " Tengo que marcharme de ciudad, mis padres quieren que estudie en un colegio mayor ".

Martes por la mañana, era un día de lluvia, esos días que no quieres salir de tu casa, que solamente te quieres quedar en tu cama, abrigado por el colchón. Yo, salí de la ducha, me vestí, estrenaba chaqueta nueva, una chaqueta de Adidas gris y el detalle de rayas en color azul. Pensé en acompañar ese día a María a su casa, ya que me tocaba comer en casa de mi abuela que vivía cerca.
Sonó el timbre anunciando el final de las clases, yo avisté a María entre su grupo de amigas, Lucía, Laura, Alicia y la más pequeñita Mireya.

Me acerqué al grupo, y dije:
- Os robo un momento a María, jaja.
- ¡Hola David! ¿ Pasa algo ?.- Preguntó intrigada.
- No, solamente te quería decir que hoy te acompaño hasta tu casa, ¿ vale ?.- Afirmé.
- ¡Ah!, estupendo, en cinco minutos nos vamos.
- Tranquila no hay prisa.

María, empezó a despedirse de sus amigas, dándoles dos besos y algún que otro abrazo se veía.

- Bueno, pues ya esta, vayámonos.- Anunció María.
- Esta bien.

Cruzamos un paso de peatones y empezamos a subir avenida arriba.

- Hace bastante frío.- Me dijo preocupada.
- Toma.- Le tendí mi chaqueta gris y azul.
- No, pasaras frío, y no quiero.
- Anda no seas tonta, no te preocupes, póntela.- Le dije.
Ella con cara de preocupación, se puso la chaqueta y me dijo.
- Solamente nos quedan pocos días y veremos esa película, ¿ sigue en pie, no ?.
- Claro que si, María.
Llegamos a la puerta de su casa y me cedió la chaqueta, a lo que le dije.
- No, quédatela, y mañana me la das, ¿ esta bien ?.
- ¡ No !, esta lloviendo a mares, te vas a poner enfermo.
- Que no tranquila, en serio quédatela.
- Luego, no sera mi culpa cuando estés enfermo.- Me dijo preocupada.
- Jaja, es hora de irme.

Me acerque a ella, le tendí mi mano, ella la agarró fuerte y me dio dos besos.

Miércoles por la mañana, ella no estaba, no la encontraba, no la veía con su grupo de amigas, me pregunté que donde estaba. Y me acerque a Lucía una de las mejores amigas de María y le pregunté.

- Oye, ¿ sabes donde está María ?.
- No tengo ni idea, ayer vino a clase, no se que le a pasado.
- Vale, gracias.

Esa mañana se me hizo eterna, solo quería que acabarán las clases, para acercarme a su casa.

De camino a su casa, pensé en que a lo mejor, estaba enferma, o que quizá había tenido que ir a revisión del médico o al dentista, eran miles las cosas que podían haber pasado.

Toque el telefoníllo, no hubo respuesta, volví a tocar, y tampoco. Llame a María a su teléfono y me salia el contestador, sabia que algo raro estaba pasando, María era una chica que no faltaba a clase a sí por que sí, y menos sin decírselo a su grupo de amigas.

Al día siguiente, iba triste, sin alegría, María tampoco había venido. En las clases se podía apreciar que algo me pasaba, siempre que me preguntaban la típica pregunta : ¿ Que te pasa ? Mi respuesta era : Nada, que he dormido poco. En realidad no había dormido nada, pensando en que pasaba con María ya que le había vuelto a llamar un par de veces mas, y me salia el contestador en su móvil y en su casa.

A la salida del instituto, se acercó Lucía y me dijo.

- David, tengo que hablar contigo.
- Dime Lucía ¿ que pasa ?.- Pregunte muy preocupado.
- Ayer María fue a verme a mi casa.
- ¿¡ Sí ?!, ¿y que te dijo?.- Ella veía que estaba preocupado por si algo había pasado con María.
- No hablamos casi nada, solamente me dejo esto para ti, es una carta, le prometí que yo no lo leería, así que no se de lo que habla. Toma.
- Vale, Muchas gracias, Lucía.
- No hay de que.

Abrí la carta doblada, y comencé a leer.

" Hola David, mi pequeño. Tengo que decirte que................ "







D.

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